EL MITO DE LA EDAD MEDIA COMO EDAD OSCURA, por Jesús Banegas.
Está generalmente asumido que la
Modernidad fue fruto de la Ilustración y que antes de ella apenas cabe
consignar el Renacimiento como una época de progreso de la humanidad. Dentro de
este marco progresista, el catolicismo sale malparado junto con sus Cruzadas,
la Inquisición española es el resumen de la maldad, la Edad Media fue una “edad
oscura” a olvidar, la Reforma protestante fue facilitadora del mundo moderno,
etc.
En su Falso testimonio (2016) que
se acaba de editar en español, Rodney Stark un acreditado historiador
norteamericano, no católico, con una larga y fecunda trayectoria de
investigaciones sobre la historia de la civilización occidental cuestiona con
muy sólidos, actualizados y empíricos argumentos los falsos testimonios de la
modernidad.
Atribuye Stark a Petraca
(1304-1374) haber descrito su propio tiempo como un tiempo de “oscuridad”. Le
siguieron los ilustrados Voltaire, Rousseau, Gibbon y más recientemente
Bertrand Russell.
Petrarca, poeta italiano, estableció
las bases para retornar los valores de la cultura clásica, el Renacimiento. De
hecho, comenzó a establecer una división temporal de la historia basada en una
visión cultural e intelectual: una primera época caracterizada por la cultura
clásica grecorromana, una segunda donde la barbarie y el oscurantismo son las
notas predominantes y una futura tercera época en la que se recuperará el
esplendor clásico
Petrarca presentó un
modelo de periodicidad de la historia que se puede simplificar como las luces,
las sombras -in médium, en palabras del poeta, y que correspondería con la Edad
Media- y la recuperación de las luces. Ya en el siglo XV, será el humanista
italiano Flavio Biondo el que pondrá nombre a las tres edades (Antigua, Media y
Moderna), ahondando en la idea de que el Medioevo (medium aevum) no era más que
una larga noche de 1.000 años entre dos épocas gloriosas.
Recuperado en: https://historiasdelahistoria.com/2019/03/03/ponemos-nombre-a-los-creadores-del-mito-de-la-edad-media-como-edad-oscura
“Durante mucho tiempo la opinión dominante ha
sido que, tras la caída del imperio romano, Europa pasó por un largo milenio de
ignorancia que se ha dado en llamar La edad oscura. El Renacimiento se produjo
por un debilitamiento del control de la Iglesia sobre las grandes ciudades del
norte de Italia”. Esta visión estándar,
en palabras de Stark, del mundo pasado es completamente falsa: son innumerables
las investigaciones modernas del cambio tecnológico que ponen de manifiesto
como la Edad Media “fue una de las edades de la humanidad que destacó por su
fuerte carácter innovador, en la que la tecnología se desarrolló y se puso al
servicio del hombre en una medida que ninguna civilización había conocido
antes” y fue durante estos siglos oscuros “cuando Europa dio el gran salto
tecnológico adelante que la puso en vanguardia del mundo”.
PROGRESO TECNOLÓGICO Y CULTURAL
EN LA EDAD MEDIA
El historiador de la tecnología
Jean Gimpel demuestra cumplidamente en su libro La Revolución Industrial en la
Edad Media (1975) como “la revolución industrial del siglo XVIII hunde sus
raíces en el Medioevo, el cual había revolucionado ya el mundo del trabajo por
la renovación de las fuentes de energía y la invención tecnológica”.
El progreso tecnológico operado
en la Edad Media permitió un notable crecimiento de la productividad, que había
permanecido estancada en el esclavista Imperio Romano, gracias a innovaciones
como: los molinos de agua y viento, la rotación de los cultivos agrícolas, el
arado, la chimenea, los anteojos de cristal, los estribos y las sillas de
montar, las armas de fuego, los barcos veleros armados de cañones, etc.
En el orden moral los progresos
fueron también muy significativos: solo una civilización, la cristiana, rechazó
la servidumbre de los seres humanos. La primera vez que la esclavitud quedó
suprimida de verdad en todo el mundo no fue durante el Renacimiento o la
Ilustración sino en la Edad Oscura.
La mayoría de los escritores
ilustrados, además de ignorar por completo los prolíficos cambios tecnológicos
operados en la Edad Media, también dieron la espalda al progreso de aquél
tiempo en cultura superior: la música, la arquitectura, la pintura, la
literatura, la universidad.
Fue en la Edad Oscura cuando se
inventó la polifonía –frente a la monofonía de los griegos y romanos- y por tanto
se crearon las armonías. En el siglo X se inventó y popularizó un sistema de
anotación musical, lo que permitió interpretar composiciones sin haberlas oído
con anterioridad.
La excepcional corriente
artística iniciada en Europa en el siglo XI recibió el nombre de “Románico” a
pesar de que las obras creadas en aquel tiempo eran completamente diferentes de
todo lo que habían hecho los romanos. El estilo “Gótico” que nació en el siglo
XII fue criticado por algunos intelectuales durante la Ilustración. En el siglo
XIII se comenzó a pintar al óleo y a hacerlo sobre telas fijadas en un armazón
de madera, en vez de sobre maderas o paredes; ello permitió al pintor trabajar
despacio, utilizar brochas finas y lograr efectos que parecían milagrosos.
En literatura, las obras de
Gibbon, Voltaire, Cervantes, Maquiavelo, etc fueron posibles porque sus
respectivas lenguas habían adquirido forma literaria gracias a gigantes
medievales como Dante, Chaucer, los anónimos cantares de gesta y los monjes que
a partir del siglo X se dedicaron a escribir “vidas de santos”.
En materia educativa, la
universidad, una institución dedicada exclusivamente a la “enseñanza superior”,
fue algo nuevo bajo el sol. En la “Edad oscura” los profesores universitarios,
ahora conocidos como escolásticos, se dedicaron a la búsqueda del conocimiento.
Las primeras universidades se crearon en el siglo XII y fue en ellas donde
nació la ciencia.
Si la Edad Oscura es un mito
ridículo, esta misma valoración habría que aplicarla al concepto de Renacimiento.
La Europa medieval había superado la antigüedad clásica en casi todos los
campos… mucho antes del Renacimiento, habiendo traducido al latín las obras
clásicas griegas y romanas, que los escolásticos no solo conocían, sino que a
menudo conocieron mejor que aquellos.
Voltaire, Rousseau, Diderot,
Hume, Gibbon y otros ilustrados fueron literatos, incapaces de saber que los
logros científicos de su época eran profundamente religiosos. El surgimiento de
la ciencia fue inseparable de la teología cristiana. La base fundamental del
auge de Occidente fue una extraordinaria fe en la razón y en el progreso que
tuvieron su origen en el cristianismo.
“Los teólogos cristianos siempre
manifestaron una mayor fe en la razón que lo que la mayoría de los filósofos
laicos estarían dispuestas a conceder hoy en día”, sostiene el historiador R.
W. Southern (1970). Los impresionantes logros científicos de los siglos XVI y
XVII, no fueron obra de escépticos, como los citados ilustrados, sino de hombres
de sincera fe cristiana.
Además del falso mito de la Edad
oscura la ilustración acuñó otro: la revolución científica situándola como un
ejemplar hecho histórico que sucede milagrosamente y al margen del
cristianismo. Rodney Stark demuestra con muy sólidos y evidentes argumentos que la ciencia , como la libertad, el
progreso tecnológico, la universidad, la democracia, etc son todos ellos
fenómenos cristianos y por tanto exclusivos de la civilización occidental.
Antes de que la ciencia alcanzara su mayoría de edad en el siglo XVII, un buen
número de científicos, expresamente glosados por el autor, conformaron “los
gigantes” sobre cuyos hombros Isaac Newton había conseguido –según su famosa
frase- ver más lejos.
LAS RAÍCES MEDIEVALES DE LA
ECONOMÍA MODERNA
En contra de la muy consabida tesis
de Max Weber, según la cual la ética protestante es la clave de economía
moderna y la senda conducente a la modernidad, Stark recuerda que aquella se
había desarrollado plenamente muchos siglos antes de la Reforma. “La economía
moderna fue un invento muy católico: apareció por primera vez en las grandes
propiedades monásticas católicas”… allá por el siglo IX.
Con los grandes incrementos de la
productividad de la falsa edad oscura llegaron la especialización y el
comercio; y enseguida la economía monetaria, el crédito, el interés, la
hipoteca, los trabajadores por cuenta ajena, etc. Esta economía monástica se
trasladó a las ciudades-estado italianas, en las que se perfeccionó la banca,
se introdujo el seguro, se creó la contabilidad de partida doble, etc. Tales
instituciones capitalistas migrarían a Alemania siglos después, no al
contrario.
Por si no fuera suficiente con
los testimonios que aporta el libro, se podría añadir que la Universidad de
Salamanca, en España, al decir del prestigioso Ludwig von Mises Institute fue
el lugar de nacimiento de la Teoría Económica (The Birthplace of Economic
Theory) siglo y medio antes de que el ilustrado Adam Smith escribiera su famoso
libro La riqueza de las naciones.
Schumpeter, Hayek, Rothbard y
cada vez más investigadores del pensamiento económico han demostrado que las
teorías económicas de los escolásticos salmantinos no solo se anticiparon a las
de los ilustrados, sino que en ciertos ámbitos, como el del valor subjetivo,
siguen teniendo más vigencia doctrinal que la de aquellos: Smith, Ricardo y
Marx.
Después de todo lo dicho es
evidente que la establecida contraposición entre el llamado Siglo de las luces
y la Edad Oscura es una fantasía literaria cuyo éxito ha sido tan grande como
pequeña su razón de ser. Dicho Falso testimonio, título del libro de Rodney
Stark, acabará, como tantos otros mitos progresistas, perdiendo su vigencia
conforme los argumentos empíricos se vayan libremente divulgando frente a los
vanos supuestos metafísicos que inspiraron la falsedad histórica que Stark ha
desmontado.
Y mientras serios y lúcidos
investigadores norteamericanos reivindican cada vez más nuestra cultura
occidental y sus obvias y muy profundas raíces cristianas, en España, una
nación que fue columna vertebral de la más grande y exitosa civilización de la
historia, está de moda cuestionarla; eso sí, sin aportar ni datos ni
argumentaciones mínimamente serias y consistentes.
Artículo recuperado en: https://disidentia.com/el-mito-de-la-edad-media-como-edad-oscura/